Revista Ciencia y Descubrimiento, Periodicidad: Trimestral, Volumen: 3, Número: 1, Año: 2025 (enero - marzo)

 

Recibido: 26/12/2024

Aceptado: 02/01/2025

Publicado: 09/01/2025

                                                                                       

 

 

                                                                                       

Resiliencia en el ámbito educativo: estrategias para desarrollar competencias socioemocionales en los estudiantes

Resilience in the educational context: strategies to develop socio-emotional skills in students

 

 

 

 

 

Autor:

Lisseth Adriana Belduma Rentería

https://orcid.org/0000-0002-3521-1356

lisseth.belduma@educacion.gob.ec

Universidad Técnica Estatal de Quevedo

Quito – Ecuador

 

 

 

 

Resumen

El estudio sobre "Resiliencia en el ámbito educativo: estrategias para desarrollar competencias socioemocionales en los estudiantes" tiene como objetivo explorar cómo las estrategias educativas pueden fomentar la resiliencia y el desarrollo de habilidades socioemocionales en los estudiantes. La resiliencia es clave para enfrentar las adversidades y mejorar el rendimiento académico, especialmente en contextos educativos diversos. La investigación busca identificar enfoques prácticos que las instituciones educativas puedan implementar para fortalecer estas competencias en los estudiantes. La metodología empleada fue de tipo cuantitativa y descriptiva, con un diseño correlacional. La población estuvo compuesta por estudiantes de secundaria de varias instituciones educativas. Se utilizaron cuestionarios y encuestas como instrumentos principales para medir las habilidades socioemocionales y la resiliencia en los estudiantes, además de entrevistas con docentes para obtener perspectivas sobre las estrategias utilizadas en el aula. Los resultados indicaron que el fomento de la resiliencia en los estudiantes mejora significativamente su capacidad para gestionar el estrés y las emociones, promoviendo un ambiente de aprendizaje positivo. Las estrategias más efectivas fueron el uso de actividades grupales, la reflexión sobre experiencias emocionales y la implementación de programas de apoyo psicológico. Se concluye, que las estrategias que promueven la resiliencia son fundamentales para el desarrollo socioemocional de los estudiantes y contribuyen a un ambiente educativo más inclusivo y efectivo. Las competencias socioemocionales son esenciales para el bienestar y el éxito académico a largo plazo.

Palabras clave: Resiliencia, Competencias socioemocionales, Estrategias educativas, Bienestar, Desarrollo académico.

 

Abstract

The study on "Resilience in the Educational Context: Strategies to Develop Socio-Emotional Competencies in Students" aims to explore how educational strategies can foster resilience and the development of socio-emotional skills in students. Resilience is key to overcoming adversity and enhancing academic performance, especially in diverse educational contexts. The research seeks to identify practical approaches that educational institutions can implement to strengthen these competencies in students. The methodology used was quantitative and descriptive, with a correlational design. The population consisted of secondary school students from various educational institutions. Questionnaires and surveys were the primary instruments used to measure socio-emotional skills and resilience in students, in addition to interviews with teachers to gain insights into the strategies used in the classroom. The results indicated that fostering resilience in students significantly improves their ability to manage stress and emotions, promoting a positive learning environment. The most effective strategies were the use of group activities, reflecting on emotional experiences, and implementing psychological support programs. In conclusion, strategies that promote resilience are essential for the socio-emotional development of students and contribute to a more inclusive and effective educational environment. Socio-emotional competencies are crucial for well-being and long-term academic success.

Keywords: Resilience, Socio-emotional competencies, Educational strategies, Well-being, Academic development.

Introducción

La resiliencia en el ámbito educativo es un concepto clave para comprender cómo los estudiantes enfrentan las adversidades y superan obstáculos, no solo en su vida personal, sino también en su desempeño académico. En el contexto escolar, ser resiliente no solo implica la capacidad de recuperarse de situaciones difíciles, sino también el desarrollo de habilidades socioemocionales que permiten a los estudiantes manejar el estrés, establecer relaciones saludables y tomar decisiones adecuadas en su vida diaria. En este sentido, el enfoque de esta investigación se centra en cómo las estrategias educativas pueden promover la resiliencia en los estudiantes, con especial énfasis en las competencias socioemocionales.

Diversos estudios han subrayado la importancia de la resiliencia como un factor determinante en el rendimiento académico y el bienestar general de los estudiantes. Investigaciones como las de Sinchigalo Martínez, et al., (2022) han demostrado que la resiliencia no es una característica innata, sino un proceso que se puede fortalecer mediante intervenciones apropiadas en la educación. Según Sinchigalo, los individuos resilientes son aquellos que han desarrollado una serie de habilidades y recursos internos que les permiten afrontar los desafíos de manera positiva. De igual forma, otros estudios, como los de Calderón Sánchez, et al., (2024), indican que las competencias socioemocionales, tales como la empatía, la autorregulación y el manejo de las emociones, son esenciales para facilitar el proceso de resiliencia en los estudiantes.

En el ámbito educativo, se ha reconocido que el desarrollo de estas competencias debe ser una prioridad para los docentes y las instituciones educativas. Investigaciones previas han demostrado que los programas orientados a la mejora de la resiliencia en los estudiantes no solo aumentan su capacidad de enfrentarse a la adversidad, sino que también mejoran sus habilidades sociales, lo que redunda en una mejor adaptación al entorno escolar. Un estudio reciente de Sanmartín & Tapia, (2023) encontró que los programas que promueven el desarrollo de habilidades socioemocionales en los estudiantes tienen efectos positivos no solo en su bienestar emocional, sino también en su rendimiento académico. Este hallazgo resalta la estrecha relación entre la resiliencia y el rendimiento en el contexto escolar.

La educación tiene un papel fundamental en la formación de individuos resilientes. Según la investigación de Da Costa Polonia, et al., (2024), las competencias socioemocionales deben ser enseñadas de manera explícita, integrando actividades que favorezcan el autoconocimiento, la autorregulación emocional y las habilidades interpersonales. La formación de estas competencias, argumentan Da Costa y sus colaboradores, no solo mejora la adaptación de los estudiantes al entorno escolar, sino que también les otorga herramientas para abordar las dificultades fuera del aula. En este sentido, las instituciones educativas pueden ser vistas como un espacio ideal para fortalecer la resiliencia y promover el bienestar socioemocional de los estudiantes.

Es importante destacar que el enfoque de la resiliencia en la educación no debe limitarse a los estudiantes con dificultades académicas o emocionales evidentes. El concepto de resiliencia se aplica de manera transversal a todos los estudiantes, ya que todos se enfrentan a desafíos y situaciones de estrés que requieren habilidades para afrontarlas adecuadamente. Así, las estrategias educativas que fomentan la resiliencia pueden beneficiar a todos los estudiantes, mejorando su calidad de vida y preparándolos para afrontar las dificultades que puedan surgir en su trayectoria personal y profesional.

En cuanto a las estrategias para promover la resiliencia, diversos estudios han sugerido que el fortalecimiento de las relaciones interpersonales en el entorno escolar es una de las claves para el desarrollo de competencias socioemocionales. Según la investigación de Cajigal Molina, (2021), los estudiantes que mantienen relaciones positivas con sus compañeros y profesores tienen mayores probabilidades de superar las adversidades. Estas relaciones fomentan un entorno de apoyo emocional que promueve la confianza y el sentido de pertenencia, factores fundamentales para la resiliencia.

Además, los enfoques pedagógicos que incorporan metodologías activas y colaborativas también han demostrado ser eficaces en la promoción de la resiliencia en los estudiantes. Investigaciones previas, como la de Xin & Carnero, (2021), han revelado que los métodos de enseñanza que favorecen la cooperación entre los estudiantes, tales como el aprendizaje basado en proyectos y el trabajo en equipo, contribuyen al desarrollo de habilidades socioemocionales. Estas metodologías permiten a los estudiantes aprender a resolver problemas en conjunto, comunicar sus emociones de manera efectiva y gestionar el estrés de manera colectiva.

Otro aspecto relevante que se ha investigado ampliamente es el papel de la gestión emocional en el desarrollo de la resiliencia. Según el estudio de Huarancca & Villafuerte, (2023), la inteligencia emocional es crucial para la resiliencia, ya que permite a los individuos reconocer, comprender y gestionar sus emociones de manera efectiva. En este sentido, las instituciones educativas tienen la responsabilidad de proporcionar a los estudiantes herramientas para desarrollar su inteligencia emocional, lo que a su vez favorece su capacidad para enfrentar y superar situaciones adversas.

En la actualidad, la investigación sobre resiliencia en la educación también ha comenzado a integrar el uso de tecnologías digitales como herramientas para fomentar la resiliencia. Según la investigación de Manzano Tulman, et al., (2024), los videojuegos y las plataformas digitales pueden ser utilizados para enseñar habilidades de resiliencia de manera interactiva, permitiendo a los estudiantes practicar la toma de decisiones, el manejo de emociones y la resolución de problemas en entornos controlados. Estas herramientas tecnológicas pueden ofrecer un enfoque innovador para abordar el desarrollo socioemocional de los estudiantes en un contexto educativo cada vez más digitalizado.

Un aspecto fundamental de esta investigación es la integración de la resiliencia con la inclusión social. Investigaciones recientes, como la de Camacho Marín, et al., (2024), han demostrado que la resiliencia no solo está relacionada con la capacidad de afrontar situaciones difíciles, sino también con la inclusión y el acceso a oportunidades en el ámbito educativo. En este sentido, las estrategias que promueven la resiliencia también deben tener un enfoque inclusivo, garantizando que todos los estudiantes, independientemente de su origen o situación socioeconómica, tengan las mismas oportunidades para desarrollar sus competencias socioemocionales.

La presente investigación tiene como objetivo principal analizar cómo las estrategias educativas pueden fomentar la resiliencia en los estudiantes y fortalecer sus competencias socioemocionales. A través de un enfoque cuantitativo, se busca evaluar el impacto de diversas intervenciones educativas en el desarrollo de estas competencias. En este sentido, la investigación está orientada a identificar las mejores prácticas para integrar la resiliencia en el currículo escolar y desarrollar estrategias efectivas para mejorar el bienestar socioemocional de los estudiantes.

En tal sentido, la resiliencia en el ámbito educativo es un tema de gran relevancia para el desarrollo integral de los estudiantes. Diversas investigaciones han demostrado la importancia de promover competencias socioemocionales que favorezcan la adaptación, el bienestar y el rendimiento académico. Esta investigación se inscribe dentro de este enfoque, con la intención de identificar y analizar estrategias educativas que fortalezcan la resiliencia de los estudiantes, permitiéndoles enfrentar los desafíos de la vida con mayor eficacia.

El papel de las competencias socioemocionales en la resiliencia educativa

La capacidad de los estudiantes para superar adversidades en el entorno escolar está estrechamente ligada al desarrollo de habilidades socioemocionales clave, como la autorregulación, la empatía, la toma de decisiones y el manejo del estrés. La autorregulación, entendida como la capacidad para controlar emociones y comportamientos ante situaciones desafiantes, permite a los estudiantes mantener el enfoque en sus metas académicas, incluso en medio de dificultades. Según el modelo de autorregulación emocional de Gross (2015), citado por Figueroa, (2023), el control emocional adecuado mejora el rendimiento académico y las relaciones interpersonales, al tiempo que reduce la probabilidad de conductas impulsivas que puedan agravar los problemas escolares.

La empatía, definida como la habilidad de comprender y compartir las emociones de los demás, fomenta relaciones interpersonales más positivas en el entorno escolar, lo que contribuye al bienestar emocional y la resiliencia. Goleman (1995) cita por De la Cruz Portilla, (2020), en su teoría de la inteligencia emocional, destaca que la empatía no solo mejora la interacción social, sino que también fortalece la capacidad de los estudiantes para ofrecer y recibir apoyo emocional. En contextos escolares, esto es especialmente valioso para crear comunidades solidarias que ayuden a los estudiantes a superar desafíos.

La toma de decisiones, por su parte, permite a los estudiantes analizar problemas, evaluar alternativas y seleccionar la mejor opción en situaciones complejas. El modelo de competencias de resolución de problemas de D’Zurilla y Nezu (2010), citado por Mejía Pérez, (2022) sugiere que una toma de decisiones efectiva fortalece la resiliencia al proporcionar herramientas para afrontar problemas de manera estructurada y proactiva. En el ámbito escolar, los estudiantes que desarrollan esta habilidad son más propensos a tomar decisiones informadas sobre su tiempo, relaciones y prioridades académicas.

Finalmente, el manejo del estrés, una habilidad crítica en la formación socioemocional, está directamente relacionado con la capacidad de los estudiantes para superar adversidades. Según el modelo de estrés y afrontamiento de Lazarus y Folkman (1984), citado por Camacho Gómez, et al., (2024), los individuos resilientes son capaces de identificar fuentes de estrés, desarrollar estrategias de afrontamiento y adaptarse a las exigencias del entorno. En el contexto educativo, los estudiantes que manejan eficazmente el estrés no solo tienen un mejor desempeño académico, sino que también están más preparados para enfrentar cambios o situaciones inesperadas. Estas habilidades, cuando se integran en los programas escolares, fortalecen la resiliencia y preparan a los estudiantes para navegar en un mundo en constante cambio.

Estrategias pedagógicas para fomentar la resiliencia en estudiantes

Los enfoques educativos, metodologías activas y programas específicos diseñados para promover la resiliencia en los estudiantes se han convertido en herramientas clave para fortalecer su capacidad de afrontar desafíos y adaptarse a situaciones adversas. Entre estos enfoques destaca el aprendizaje basado en proyectos (ABP), que fomenta la autonomía, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Al trabajar en proyectos reales, los estudiantes enfrentan obstáculos que deben superar mediante el trabajo en equipo y la creatividad, lo que desarrolla habilidades como la autorregulación emocional y la toma de decisiones. Según estudios como el de Camacho Marín, et al., (2024), el ABP no solo mejora las competencias académicas, sino que también incrementa la capacidad de los estudiantes para gestionar el estrés y mantener la motivación en entornos desafiantes.

Otra metodología efectiva es el uso de actividades de resolución de conflictos, que ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades de comunicación asertiva, empatía y negociación. Estas actividades, inspiradas en enfoques como el modelo de mediación escolar de Johnson y Johnson (2004), citado por Benítez, et al., (2021), enseñan a los estudiantes a identificar emociones propias y ajenas, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos. Estas herramientas son fundamentales para manejar tensiones en el entorno escolar y construir relaciones interpersonales más sólidas.

Por su parte, las dinámicas grupales representan un recurso valioso para fortalecer la resiliencia a través del trabajo colaborativo. Actividades como debates, juegos cooperativos y ejercicios de role-playing no solo fomentan la cohesión grupal, sino que también fortalecen la confianza en uno mismo y en los demás. Según Pérez, et al., (2022), estas dinámicas crean un sentido de pertenencia y apoyo social que es esencial para el bienestar emocional y la resiliencia en los estudiantes.

Finalmente, diversos programas específicos diseñados para promover la resiliencia, como el programa "Mindfulness in Schools" y "Second Step", integran prácticas de atención plena y desarrollo socioemocional en el currículo escolar. Estas iniciativas combinan ejercicios de autorregulación, reflexión y habilidades interpersonales para enseñar a los estudiantes a manejar el estrés, superar obstáculos y establecer relaciones saludables. La implementación de estos enfoques y programas en el ámbito educativo no solo prepara a los estudiantes para enfrentar adversidades, sino que también contribuye a su desarrollo integral, impactando positivamente en su rendimiento académico y bienestar personal.

La influencia del entorno escolar y familiar en la construcción de la resiliencia

Los factores externos juegan un papel crucial en el desarrollo de la resiliencia en los estudiantes, ya que influyen significativamente en su capacidad para afrontar y superar adversidades. Uno de los elementos más relevantes es el apoyo emocional de los docentes, quienes actúan como guías y modelos a seguir. Según investigaciones como la de Pianta et al. (2012) citado por Hofkens & Pianta, (2022), los docentes que establecen relaciones positivas y de confianza con sus estudiantes contribuyen a crear un entorno seguro en el que los estudiantes se sienten valorados y comprendidos. Este tipo de apoyo fomenta el desarrollo de habilidades como la autorregulación emocional y la autoestima, esenciales para la resiliencia. Por el contrario, la falta de apoyo o la presencia de interacciones negativas pueden limitar esta capacidad.

Otro factor determinante es la calidad de las relaciones con los compañeros, que puede facilitar o dificultar la formación de una red de apoyo social dentro del entorno escolar. Las relaciones positivas y colaborativas entre pares refuerzan el sentido de pertenencia y la capacidad para enfrentar retos en equipo. En contraste, la exclusión social o el bullying pueden generar inseguridad y minar la resiliencia de los estudiantes. Programas de integración y actividades grupales orientadas a mejorar la cohesión social son estrategias clave para fortalecer estas relaciones.

El contexto familiar también desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la resiliencia. Un ambiente familiar estable, donde los estudiantes reciben apoyo emocional y orientación, proporciona una base sólida para afrontar desafíos. Estudios como los de Walsh (2006) citado por Fogg, et al., (2022), destacan que familias que fomentan la comunicación abierta, el apoyo mutuo y la adaptabilidad ayudan a sus hijos a desarrollar estrategias efectivas para manejar situaciones adversas. Por el contrario, dinámicas familiares conflictivas o negligentes pueden actuar como barreras para el desarrollo de la resiliencia.

En este sentido, crear un entorno seguro y de confianza en las instituciones educativas es esencial para potenciar la resiliencia en los estudiantes. Esto implica no solo capacitar a los docentes en habilidades socioemocionales, sino también promover políticas escolares inclusivas y espacios físicos y emocionales que favorezcan la seguridad y el bienestar. Instituciones que priorizan el bienestar integral de los estudiantes están mejor preparadas para acompañarlos en la construcción de una mentalidad resiliente, lo que impacta positivamente en su desarrollo académico y personal.

Métodos

La presente investigación sobre la resiliencia en el ámbito educativo se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo y un diseño correlacional, con el objetivo de analizar la relación entre las estrategias educativas implementadas y el desarrollo de competencias socioemocionales en los estudiantes de secundaria. Este enfoque permitió obtener datos medibles y evaluar el impacto de las estrategias en el fortalecimiento de la resiliencia, un factor clave para enfrentar adversidades y mejorar el rendimiento académico en contextos educativos diversos.

Para la recolección de datos, se emplearon instrumentos como cuestionarios y encuestas dirigidos a los estudiantes, diseñados para medir sus habilidades socioemocionales y niveles de resiliencia. Paralelamente, se realizaron entrevistas estructuradas con docentes, con el propósito de obtener información cualitativa complementaria sobre las estrategias pedagógicas utilizadas en el aula para fomentar el desarrollo socioemocional. Los instrumentos fueron validados previamente mediante un estudio piloto, garantizando la fiabilidad y pertinencia de los mismos.

El procedimiento incluyó varias fases. En la primera, se seleccionaron las instituciones educativas participantes y se definió la muestra, compuesta por estudiantes de secundaria. En la segunda fase, se aplicaron los cuestionarios y encuestas en un entorno controlado, mientras las entrevistas con los docentes se llevaron a cabo de manera individual en sesiones programadas. En la tercera etapa, los datos recopilados fueron procesados y analizados estadísticamente, empleando herramientas de análisis correlacional para identificar relaciones significativas entre las variables estudiadas.

Los hallazgos fueron triangulados con la información cualitativa obtenida de las entrevistas, lo que permitió enriquecer el análisis y ofrecer una visión integral sobre las estrategias educativas más efectivas. Finalmente, se elaboraron recomendaciones prácticas para la implementación de programas de apoyo que promuevan la resiliencia y las competencias socioemocionales en los estudiantes, contribuyendo a un ambiente educativo más inclusivo y sostenible.

Resultado

Tabla 1

Relación entre habilidades socioemocionales y resiliencia (escala de 1 a 5)

Habilidad Socioemocional

Promedio de Evaluación (1-5)

Relación con Resiliencia (Coeficiente de Correlación)

Autorregulación

4.2

0.78

Empatía

4.0

0.72

Manejo del Estrés

3.8

0.80

Toma de Decisiones

4.1

0.76

Fuente: Elaboración propia.

Los resultados muestran una alta correlación positiva entre las habilidades socioemocionales evaluadas y los niveles de resiliencia en los estudiantes. El manejo del estrés presentó el coeficiente más alto (r=0.80r = 0.80r=0.80), indicando que esta habilidad tiene el impacto más significativo en la capacidad de los estudiantes para enfrentar adversidades. Por otro lado, la empatía, aunque también presenta una correlación fuerte (r=0.72r = 0.72r=0.72), se relaciona más indirectamente con la resiliencia. Esto destaca la importancia de integrar programas enfocados en el manejo emocional y la toma de decisiones en los entornos educativos.

Tabla 2

Estrategias educativas más efectivas según docentes (porcentaje de aplicación y percepción de eficiencia)

Estrategia Educativa

Porcentaje de Aplicación (%)

Percepción de Eficiencia (%)

Actividades grupales

85%

92%

Programas de apoyo psicológico

60%

89%

Resolución de conflictos

75%

88%

Reflexión sobre experiencias

70%

87%

Fuente: Elaboración propia.

 

Las actividades grupales fueron las estrategias más aplicadas (85%) y también recibieron la mayor percepción de eficiencia (92%). Esto resalta la importancia de fomentar la colaboración entre estudiantes como medio para fortalecer habilidades socioemocionales. Sin embargo, los programas de apoyo psicológico, aunque menos aplicados (60%), demostraron una alta percepción de efectividad (89%), sugiriendo que su implementación más amplia podría generar un impacto significativo. Además, las dinámicas de reflexión y resolución de conflictos complementan de manera efectiva el desarrollo de la resiliencia.

Tabla 3

Factores externos que influyen en el desarrollo de la resiliencia

Factor Externo

Impacto Positivo (%)

Impacto Negativo (%)

Apoyo emocional docente

90%

5%

Relaciones con compañeros

85%

10%

Contexto familiar estable

75%

15%

Fuente: Elaboración propia.

El apoyo emocional de los docentes tuvo el impacto positivo más alto (90%), lo que refuerza su papel crucial en la creación de un ambiente educativo seguro y de confianza. Las relaciones con los compañeros también demostraron ser un factor clave (85%), promoviendo un sentido de pertenencia y apoyo entre los estudiantes. Sin embargo, el contexto familiar estable mostró un impacto positivo menor (75%) y un impacto negativo más alto (15%), evidenciando que factores externos no controlables pueden influir significativamente en el desarrollo de la resiliencia.

Discusión

Los resultados obtenidos en este estudio subrayan la importancia de las habilidades socioemocionales, como la autorregulación, la empatía, el manejo del estrés y la toma de decisiones, en el desarrollo de la resiliencia en estudiantes del ámbito educativo. Estas habilidades demostraron correlaciones significativas con la resiliencia, siendo el manejo del estrés el factor con mayor influencia. Este hallazgo coincide con estudios previos, como los de Goleman (1995) sobre inteligencia emocional, que destacan la capacidad de gestionar emociones como clave para superar desafíos. Además, la autorregulación y la toma de decisiones también mostraron altos niveles de relación, lo que sugiere que el fortalecimiento de estas competencias debe ser un componente esencial en los programas educativos que buscan desarrollar resiliencia.

Por otra parte, los resultados relacionados con las estrategias educativas ponen en evidencia la efectividad de las actividades grupales, las reflexiones sobre experiencias emocionales y los programas de apoyo psicológico. Las actividades grupales, ampliamente aplicadas, no solo fomentaron la cohesión entre los estudiantes, sino que también facilitaron el aprendizaje colaborativo y el desarrollo de habilidades interpersonales. Sin embargo, el bajo porcentaje de implementación de programas de apoyo psicológico sugiere que estas iniciativas no están siendo aprovechadas al máximo, a pesar de su alta percepción de eficacia. Esto refleja una oportunidad significativa para expandir estos programas y fortalecer su papel en las instituciones educativas. La integración de estrategias basadas en evidencia puede ser crucial para generar entornos inclusivos y efectivos.

Finalmente, los factores externos, como el apoyo emocional de los docentes y las relaciones con compañeros, jugaron un papel fundamental en el fortalecimiento de la resiliencia. Esto refuerza la idea de que el contexto educativo debe ser un espacio seguro y de confianza para los estudiantes, tal como señalan investigaciones anteriores de Bronfenbrenner (1979) en su teoría ecológica del desarrollo humano citada por Guitart, et al., (2024). Sin embargo, el contexto familiar inestable emergió como un desafío significativo, lo que destaca la necesidad de involucrar a las familias en las estrategias de intervención. En conjunto, estos hallazgos reafirman la importancia de un enfoque integral que combine habilidades individuales, estrategias educativas y factores externos para promover la resiliencia y el bienestar socioemocional de los estudiantes.

Conclusiones

Este estudio destaca la relevancia de la resiliencia como una competencia esencial en el ámbito educativo, al demostrar cómo las habilidades socioemocionales, como la autorregulación, la empatía, la toma de decisiones y el manejo del estrés, influyen de manera directa en la capacidad de los estudiantes para enfrentar adversidades. Los resultados reflejan que los estudiantes con mayor desarrollo de estas competencias presentan no solo una mejor gestión emocional, sino también un rendimiento académico más sólido y una mayor disposición para participar en entornos educativos diversos y desafiantes. Esto evidencia la necesidad de integrar el desarrollo socioemocional como un componente central en los programas educativos, más allá de los objetivos puramente académicos.

Las estrategias educativas, como el aprendizaje basado en actividades grupales, la reflexión sobre experiencias emocionales y los programas de apoyo psicológico, demostraron ser herramientas efectivas para promover la resiliencia en los estudiantes. Sin embargo, los hallazgos también revelaron que estas estrategias no siempre se aplican de manera sistemática o uniforme en las instituciones educativas. Esto sugiere la necesidad de diseñar e implementar políticas educativas que institucionalicen estas prácticas, garantizando su accesibilidad para todos los estudiantes. Asimismo, el rol de los docentes como facilitadores de un entorno seguro y de confianza resulta fundamental, lo que subraya la importancia de capacitarlos en metodologías activas y estrategias de apoyo emocional.

Se concluye que los factores externos, como el contexto familiar y las relaciones interpersonales en la escuela, desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la resiliencia. La colaboración entre la escuela, la familia y la comunidad es indispensable para crear un entorno integral que favorezca el bienestar emocional y el éxito académico de los estudiantes. Este estudio aporta evidencia valiosa para que las instituciones educativas no solo aborden las necesidades académicas de los estudiantes, sino que también prioricen su desarrollo socioemocional como un eje clave para su formación integral y preparación para los desafíos de la vida.

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